Revista Enfermería Neonatal N° 34 - Diciembre 2020

Editorial

Estimados colegas:

Está terminando el año, un año imposible de describir con una sola palabra desde varios puntos de vista. Nunca pensamos que “el año de la enfermería” declarado por la Organización Mundial de la Salud y el Consejo Internacional de Enfermería, demandaría este nivel de exigencia y entrega.

El virus SARS-CoV-2 llegó a nuestro hemisferio para ponernos a prueba, exponiendo el papel fundamental de la enfermería en la prevención del COVID-19 y en el manejo de la misma enfermedad.

Los enfermeros neonatales actuamos, aprendimos, retrocedimos y volvimos a aprender, intentando sobre la marcha ponernos siempre a la altura de las circunstancias. Procuramos no olvidar la evidencia neonatal sobre la que veníamos trabajando y sumando a ella, los conocimientos que día a día nos ofrecía sobre el virus y su repercusión en la madre y el recién nacido.

Algunas noticias que circulaban, la incidencia del virus y el desconocimiento profundo de la enfermedad fueron causantes de miedo y de errores que perjudicaron a más de una diada, a corto y largo plazo.

En nombre de la pandemia, hubo padres que no vieron nacer a sus hijos, madres que enfrentaron el parto solas, separadas de los hijos, neonatos que no recibieron la lactancia que sus madres deseaban dar, traslados innecesarios, aislamientos en la unidad de neonatología, recién nacidos sin compañía y controles de niño sano postergados, con todas las consecuencias que esto implica. Claramente son situaciones que no deben suceder más.

El miedo fue disipándose con la seguridad que da el conocimiento y con el actuar profesional de muchos enfermeros, comprometidos a mantener aquello que sabíamos que estaba bien, defendiendo el cuidado humanizado y centrado en la familia. Profesionales de diferentes regiones y disciplinas trabajaron arduamente en la formación de documentos; hoy contamos con guías desde el Ministerio de Salud, sociedades científicas y de entidades no gubernamentales, nacionales e internacionales, todas disponibles en la web.

No dudemos de seguir haciendo lo que sabemos hasta que la evidencia demuestre lo contrario; aquí no hay lugar para las suposiciones. Tu liderazgo profesional frente al paciente, la familia, el equipo, la institución y la sociedad va a depender de las elecciones adecuadas en tu gestión y los cuidados de calidad que de ella se desprendan.

La ciencia guía nuestra acción. Disminuir el contagio y evitar todo tipo de error es nuestro objetivo. Trabajemos siendo ejemplo dentro y fuera de las instituciones, alentando a la sociedad a acudir cuando nos necesite, ofreciendo seguridad y paz.

Como enfermeros neonatales los llamo a contagiar nuestro cuidado humanizado y empático a otras áreas de atención, para que los enfermos de COVID-19 sean atendidos como seres humanos en todas las instancias de cuidado. Personalmente, aun no comprendo qué razón nos detiene; la necesidad de estar acompañados es igual para todos. El amor no tiene edad y, claramente, si le enseñamos, el acompañante puede ponerse elementos de protección personal para también ejercer el cuidado que solo él puede dar.

Nuestro país nos necesita fuertes y unidos, despiertos y actualizados. Y va a necesitarnos así mucho tiempo más. El temor instalado en la sociedad y priorizar ciertas prácticas, han alejado a muchos pacientes de su diagnóstico y tratamiento oportuno.

Por otro lado, al mirar el vaso lleno, la pandemia fortaleció nuestro rol, lo hizo visible y necesario ante la sociedad, quién conoció nuestras dificultades laborales y la escasez del recurso humano. Se tejieron lazos entre instituciones y profesionales favoreciendo la unidad del colectivo de enfermería. Los protocolos reforzaron las medidas de seguridad dirigidas a evitar las enfermedades asociadas al cuidado de la salud. Seguramente muchos de ustedes reconozcan beneficios y cambios en sus instituciones, cambios que se postergaban y ahora tomaron impulso. El aislamiento ha tejido redes entre ciudades grandes y pequeñas, incluyendo pueblos del interior. La información y profesionales reconocidos de diferentes especialidades salieron a las pantallas de los celulares para guiarnos; la mayoría en forma gratuita e interesada en el bien común.

Pongamos empeño, y a pesar de nuestro cansancio, busquemos ser resilientes; aún estamos caminando, no sabemos cómo ni cuándo termina. Definamos objetivos cortos que nos ofrezcan crecimiento, reconozcámoslos y avancemos para que cuando haya pasado la tormenta nos encuentre fortalecidos.

Un abrazo desde todo el comité, en especial para aquellos que padecieron la enfermedad, que se aislaron de sus familias y a los que, lamentablemente, perdieron a un compañero o a un ser querido.

 

 

Lic. Esp. María Luisa Videla Balaguer
Miembro del Comité Ejecutivo

 

 

 

AGRADECIMIENTO A LOS REVISORES

La Revista Enfermería Neonatal agradece la valiosa colaboración de los revisores y su generoso aporte a la calidad científica y editorial de la revista.

Durante el 2020 participaron en el proceso de revisión:

Lic. Yanina Mazitelli
Lic. Elena Andion
Mg. María Sol Ferrentino