Comentario
Los profesionales de la salud brindan cuidados con responsabilidad y ética, sin la intención de causar daño, como lo enuncia el principio hipocrático: “Primum non nocere” (Primero no hacer daño).
En vísperas del año 2000, el Instituto de Medicina de Estados Unidos de América realiza la publicación: “Errar es humano: construyendo un sistema de salud más seguro”. Ubica al conflicto de los eventos adversos y sus implicancias en la seguridad del paciente en el centro del debate público en todo el mundo.1
La lectura de este artículo permite comprender y tomar conciencia sobre la necesidad imperiosa de perfeccionar la formación académica teórico-práctica y transferir las responsabilidades en busca de mejorar la seguridad en la atención de los pacientes.
El reporte determina que la estadística de las muertes anuales por errores médicos en los EE. UU. es limitada y no actualizada. Un estudio de la práctica médica de Harvard, en 1984 señalaba una incidencia de entre 44 000 a 98 000 alcanzando el 51% de 180 000 muertes anuales. 2 Luego, en 1993, el investigador Lucian Leape, publicó un artículo en que argumentaba que ese número estimado era muy bajo y que el porcentaje ascendía al 78%, o sea 140 400 de las 180 000 muertes iatrogénicas prevenibles.3
Esa alta incidencia, ha sido apoyada por subsiguientes investigaciones que sugerían que se desestimaba la magnitud del problema.
Un reporte posterior, en 2004, de la Agencia de Investigación y Calidad de la Salud (AHRQ-Agency for Healthcare Research and Quality), estimaba que 575 000 muertes fueron causadas por un error médico entre 2000 y 2002, lo que representaban 195 000 muertes por año. En base a los resultados obtenidos se han desarrollado los “10 Consejos para la seguridad de los pacientes en hospitales”.4
Los autores del presente artículo señalan un rango de muertes por errores médicos de 210 000 a 400 000 por año, disponiendo los hallazgos obtenidos desde 1999 y extrapolando al número total de admisiones hospitalarias en EE. UU. en 2013. De la misma manera hacen notar también la ausencia de datos nacionales, para recordar la necesidad de medidas sistemáticas para abordar el problema, y comparan la estimación de los rankings sugeridos por ellos con los del CDC indicando que el error médico es la tercera causa más común de muerte en EE. UU.
En la búsqueda de mejores datos y sabiendo que el error humano es inevitable y no puede eliminarse, sí es viable medir el problema para evaluarlo de la mejor manera posible, con el objetivo de diseñar sistemas de seguridad que disminuyan su frecuencia o ponerlos en evidencia para hacerlos más visibles, interceptarlos oportunamente y de esta forma, evitar las consecuencias. La mitad de los eventos adversos de los pacientes hospitalizados son evitables e impactan en un 12% a 15% de los costos hospitalarios.5 Muchos errores no tienen consecuencias, pero a veces una equivocación en la atención de un paciente puede terminar con la vida en forma imprevista o acelerar una muerte inminente.
Actualmente existen diversas estrategias acertadas y factibles para estimar estadísticas exactas sobre la muerte causada por errores médicos. Conocer los datos y medir las consecuencias del cuidado en la atención del paciente es un importante requisito para crear una cultura de aprendizaje sobre los errores. El modelo del queso suizo o de Reason explica claramente la necesidad de crear barreras en el sistema para detectar el error profesional que surge, generalmente, como consecuencia de la combinación de fallas humanas o condiciones latentes de la estructura organizativa (figura 1).6
Las estrategias para reducir muertes por error mencionadas en el artículo, consisten en hacer los errores más visibles cuando suceden, para poder interceptar sus efectos, tener las medidas de rescate cerca y seguir principios para disminuir los errores, que tengan las limitaciones humanas en cuenta contribuyendo así a una atención de la salud más segura y eficaz.7
Se pueden relacionar otras competencias como la valoración minuciosa del paciente, la comunicación activa del equipo de salud con la familia y la realización de bundles o paquetes de medidas como componente fundamental para disminuir o prevenir el error en el área de la salud.
El error médico es una cuestión prioritaria de la Salud. En 2006 fueron promulgadas las Metas Internacionales de Seguridad del Paciente (MISP) (Tabla 1) cuyo propósito es promover mejoras específicas en cuanto a la seguridad del paciente. La Organización Mundial de la Salud (OMS) lanza el 2 de mayo de 2007 “Nueve soluciones para la seguridad del paciente” (Tabla 2) con la finalidad de ayudar a reducir el tributo de daños relacionados con la atención sanitaria, evitar daños y salvar vidas.8