Revista Enfermería Neonatal N° 33 - Agosto 2020

Editorial

Estimados colegas:

El número 33 de nuestra publicación llega en medio de un complejo panorama sanitario para nuestro país y el mundo, que se encuentran atravesando diferentes etapas en el marco de la pandemia de COVID-19 y en la Semana Mundial de la Lactancia Materna, un acontecimiento esperanzador.

La población mundial ha sido fuertemente afectada por la pandemia, en un amplio espectro de aspectos de la vida y en particular la población materno-infantil, se ha visto notablemente damnificada en cuestiones que implican alto riesgo. Escasos o nulos controles prenatales, ausencia de controles de salud y vacunación para recién nacidos, niños y niñas de primera infancia, incremento de la violencia intrafamiliar, ausencia o déficit de servicios de cuidado, alimentación y educación, situaciones que se agudizan con la pérdida del empleo, el deterioro de los ingresos y la consecuente limitación de recursos para el sostén familiar, que aumentan la vulnerabilidad.

En el contexto de esta apremiante situación sociosanitaria, es necesario recurrir a estrategias costo-efectivas de salud pública, entre otras, que contribuyan a mantener o mejorar la salud neonatal e infantil. Sin lugar a dudas, para esa población, una vez más la lactancia materna es “la estrategia” por excelencia, para establecer una diferencia significativa en una amplia gama de aspectos: nutricional, inmunológico y vincular, que en situación crítica, impactan aún más en un crecimiento y desarrollo saludables.

En virtud de estos innegables beneficios, las diferentes entidades a nivel internacional en materia de salud e infancia, la Organización Mundial de la Salud (OMS), los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), la Academia de Medicina de la Lactancia (ABM), la Agencia de Salud Sexual y Reproductiva de las Naciones Unidas (UNFPA) y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), en la pandemia de COVID-19 han coincidido en reivindicar el efecto protector de la leche materna contra las enfermedades que se previenen mediante la transferencia directa de anticuerpos y otros factores antiinfecciosos.

Las recomendaciones se resumen en torno a tres ejes:

• Informar a las mujeres en edad reproductiva, a las embarazadas y a las familias respecto de la prevención de la infección por COVID-19, los riesgos potenciales y cómo obtener atención médica.
• Mantener la lactancia materna en madresinfectadas y el amamantamiento de susrecién nacidos y lactantes.
• Implementar precauciones para evitar que la madre contagie al recién nacido y al entorno familiar: lavado de manos, uso de tapaboca y aislamiento en el hogar.

Estas recomendaciones, cuya implementación está directamente relacionada con la difusión y la educación, atañen en general a todos los profesionales de la salud y en especial a los enfermeros/as por tratarse de acciones inherentes a su rol.

Este año, el lema de la Semana Mundial de la Lactancia Materna es: “Apoyar la lactancia materna contribuye a un planeta más saludable” y está centrado en el impacto de la alimentación infantil en el cambio climático y el cuidado del medio ambiente. La Alianza Mundial pro Lactancia Materna (WABA) ha enfatizado el trabajo conjunto para promover, proteger y apoyar la lactancia materna como alimento natural, renovable, seguro para el medio ambiente y ecológico, dado que se produce y se entrega al consumidor sin contaminación, envases o desperdicios. La lactancia materna nuevamente ha superado el desafío al demostrar efectividad en una situación crítica para la humanidad, como es la pandemia por el COVID-19. Sin duda es un camino para alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible, porque disminuye la inequidad y tiene un impacto positivo en el cuidado del medio ambiente, indispensable para la salud y la supervivencia humana.

 

 

Lic. Esp. Rose Mari Soria
Miembro del Comité Ejecutivo