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Editorial

Estimados colegas:

Cuando la revista 32 se encuentre disponible en la web, y la estés leyendo, ya habrá avanzado el año 2020. Un año único en la vida profesional de las enfermeras, ya que ha sido declarado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Consejo Internacional de Enfermería (CIE) como el Año Internacional de la Enfermera y la Matrona. El 2020 no fue elegido al azar, sino que se conmemora el 200° aniversario del nacimiento de Florence Nightingale, líder indiscutible de la enfermería moderna.

La campaña internacional Nursing Now, tiene como objetivo pedir a los gobiernos, profesionales sanitarios y usuarios de los servicios, que valoren más a las enfermeras y aboguen por su liderazgo para mejorar la calidad de los cuidados y la salud de la población.

No creo que haya profesión que tenga tal versatilidad de competencias. Una enfermera neonatal se puede encontrar inserta en la comunidad promoviendo la lactancia, en un jardín maternal promoviendo hábitos de salud a docentes y padres, en una sala de partos en la recepción del recién nacido promoviendo el vínculo e interviniendo solo si es necesario, en el control prenatal, detectando familias de riesgo y enseñando el cuidado del neonato.

Puede desarrollar su actividad en una universidad enseñando, a futuros colegas, o como tutor de enfermeros noveles en el servicio de neonatología. También la educación a distancia es una posibilidad de inserción.

La investigación tiene un futuro incipiente en el área. Ya no se puede basar la práctica con el recién nacido y su familia, en la experiencia, sino en la mejor evidencia disponible de investigación realizada por pares.

La gestión de servicios hospitalarios, ya sea servicios de neonatología o internación conjunta también es un ámbito de desarrollo.

El mundo editorial, la escritura científica, la publicación de libros del área, el manejo de redes de comunicación digital, no le son ajenos al rol.

La competencia más conocida de la enfermería neonatal se refiere a la asistencia o cuidado directo o como decimos ahora, la gestión de los cuidados de recién nacidos y familias. Por las características de los pacientes es fundamental conocer y perfeccionar los conocimientos y las habilidades, teniendo en cuenta que es fundamental la valoración del recién nacido, en un paciente no verbal, y que depende de la enfermera para la identificación de sus necesidades.

En el área que te desarrolles, el liderazgo es el engranaje común, ya sea en la microgestión, en la mesogestión o en la macrogestión. El liderazgo en la microgestión es el que se realiza todos los días, al pie de la incubadora; es muy importante, porque el cliente, el recién nacido y su familia, reciben el servicio y se determina la necesidad y la satisfacción. Se plantea una relación terapéutica, con proximidad y acompañamiento.

El liderazgo en la mesogestión, lo realizan en las unidades de cuidado, los supervisores y jefes de departamento de enfermería, donde la gestión clínica, se orienta a la visión de la institución, a dar visibilidad a las enfermeras, a la planificación y a los proyectos de innovación, además de la asignación  de recursos.

Y finalmente es en la macrogestión donde se crean nuevas estructuras, competencias, nuevos modelos y respuestas, y lo desarrollan los directores generales de hospitales, gerentes, asesores, donde la planificación es clave, para que los recién nacidos reciban buenos servicios.

En el nivel que te encuentres, que, durante el 2020, adhiriendo a la campaña Nursing Now, puedas ejercer el liderazgo en tu práctica diaria.

 

 

 

Mg. Guillermina Chattás
Editora Responsable