Revista Enfermería Neonatal N° 21 - Octubre 2016

Editorial

Estimados colegas:

Este año, una vez más, se conmemora en el mes de noviembre la Semana del Prematuro. Desde el año 2010, por iniciativa de UNICEF y de la Dirección de Maternidad e Infancia del Ministerio de Salud de la Nación, se recuerda todos los años un derecho diferente, de los enunciados en el decálogo de los “Derechos del recién nacido prematuro”.

El tema central de este año será el Derecho N° 4: Los recién nacidos de parto prematuro tienen derecho a recibir cuidados de enfermería de alta calidad, orientados a proteger su desarrollo y centrados en la familia.

Creo que estamos en una situación inmejorable, histórica diría, de poner en conocimiento a los gobiernos, a la sociedad en su conjunto, a la comunidad de profesionales, a padres y amigos, cuál es el rol de la enfermera neonatal en el cuidado de los más pequeños.
Soy enfermera desde hace más de 30 años, y mientras estaba en la facultad me preguntaban si para serlo, había que estudiar. La enfermera era la mano derecha o el ayudante de otras profesiones, sin autonomía en su práctica profesional.

Hoy nadie duda que la especialización es necesaria para fundamentar el cuidado diario a los recién nacidos y especialmente a los que han nacido antes de tiempo. Ya no es suficiente la expertise de los más antiguos, ni siquiera su opinión. La enfermería basada en la evidencia es un elemento clave y una estrategia para la calidad y seguridad del cuidado.
Si bien enfermería dedica sus esfuerzos para brindar cuidados de calidad, ningún profesional estuvo, está o estará exento del riesgo de cometer un error. Los hospitales, a diferencia de la percepción de la mayoría de las personas, suelen ser lugares riesgosos, debido a la multiplicidad de intervenciones que se realizan, los complejos procesos simultáneos e incluso las interacciones de numerosos profesionales. Brindar cuidado seguro, cuando lo que está en riesgo es la vida de los recién nacidos, debe cobrar especial relevancia. Es parte del rol establecer las medidas para prevenir los errores o detenerlos antes que lleguen al neonato.

El cuidado para el neurodesarrollo es quizá el cuidado más independiente que tiene la enfermera neonatal. Es una nueva cultura de cuidado, que impacta fundamentalmente en la forma de administrar y organizar el cuidado de enfermería. En las últimas décadas el cuidado de enfermería neonatal pasó, de estar centrado en la tarea a estar centrado en el paciente. Cada recién nacido es una persona única que puede expresar su nivel de adaptación al medio extrauterino y a los factores de estrés, tanto ambientales como de quienes lo cuidan. Las conductas son el máximo canal de comunicación que tienen estos pacientes. Es clave valorar y comprender su importancia y significado. Esta orientación en la práctica clínica requiere tanto sensibilidad como presencia y vigilancia, para reconocer y apreciar los diferentes matices de respuesta, que permitan realizar las intervenciones necesarias de manera terapéutica.

La enfermera tiene la responsabilidad de ser facilitadora del cuidado centrado en la familia, entendiendo que la familia tiene un rol genuino en el cuidado, la recuperación y el estímulo del recién nacido pretérmino. El empoderamiento de la familia en los servicios de neonatología tiene en muchas ocasiones a los profesionales como los mayores detractores: servicios que limitan el tiempo de permanencia de los padres, que ante cualquier evento solicitan que se retiren, que no acercan una silla al lado de la unidad paciente, que no enseñan a cuidar a sus hijos.

Les invito que desde sus instituciones puedan participar en las distintas actividades de la semana, en los encuentros con las familias de prematuros, a través del curso virtual gratuito para enfermeras con temas relevantes de nuestra profesión y hablando desde el lugar que nos corresponda del derecho que tienen los recién nacidos prematuros: una enfermera que cuide teniendo en cuenta la seguridad, la familia y el neurodesarrollo.

 

 

Lic. Esp. Guillermina Chattás
Comité Ejecutivo Revista “Enfermería Neonatal”